Corrían los primeros días del mes de octubre de 2008 cuando el tema fue tocado en el sínodo de los obispos que por entonces abordaba el tema de la Palabra de Dios: «a pesar de la renovación de que fue objeto la homilía en el Concilio, sentimos aún la insatisfacción de numerosos fieles con respecto al ministerio de la predicación», decía el relator general y entonces arzobispo de Quebec, cardenal Marc Ouellet (hoy en día prefecto de la Congregación para los Obispos). Y añadía: «Esta insatisfacción explica en parte la salida de muchos católicos hacia otros grupos religiosos».
La afirmación final no era un decir cualquiera: un análisis del Centro para la Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Georgetown, reveló que el 63% de las personas que van a misa toman en cuenta la calidad de las homilías para decidir a dónde ir a la celebración eucarística. Para ese elevado porcentaje de personas la calidad de la homilía es más importante que la música e incluso que el sentido de comunidad experimentado.
Fue también en el sínodo de 2008 que el arzobispo de Camberra, Australia, Mons. Mark Bendect Coleridge, propuso la preparación de un Directorio General Homilético análogo al que existe para la catequesis.
No fue el único obispo en poner el dedo en la llaga: voces como las del Cardenal Barbarin (Lyon, Francia), Mons. Raymond Saint-Gelais (Nicolet, Canadá), Mons. Ricardo Blázquez (Valladolid, España), mons. Gerald Frederick Kicanas (Tucson, USA), iban en la misma línea.
El 2014 cerró en el Vaticano con el anuncio de la inminente aparición del esperado documento: el Directorio Homilético preparado por la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos. Se trata de un texto que ofrece respuesta a preguntas como dónde encontrar contenidos, cómo articular la homilía y tantas otras cuestiones vinculadas a la predicación.
El Directorio consta de dos partes: en la primera se contextualiza la homilía en el ámbito que le es propio, el litúrgico; en la segunda, de cariz más práctico, se aboca al arte de la predicación homilética, propiamente dicha. Hay también dos apéndices en los que se muestra la relación entre homilía y doctrina de la Iglesia y se señalan referencia al Catecismo de la Iglesia Católica. En el segundo apéndice se ofrecen referencias a textos magisteriales que han tocado directa o indirectamente el mismo argumento.
Ya en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium el Papa Francisco ofreció una preciosa síntesis sobre la predicación.
Fuente: religionenlibertad.com
La afirmación final no era un decir cualquiera: un análisis del Centro para la Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Georgetown, reveló que el 63% de las personas que van a misa toman en cuenta la calidad de las homilías para decidir a dónde ir a la celebración eucarística. Para ese elevado porcentaje de personas la calidad de la homilía es más importante que la música e incluso que el sentido de comunidad experimentado.
Fue también en el sínodo de 2008 que el arzobispo de Camberra, Australia, Mons. Mark Bendect Coleridge, propuso la preparación de un Directorio General Homilético análogo al que existe para la catequesis.
No fue el único obispo en poner el dedo en la llaga: voces como las del Cardenal Barbarin (Lyon, Francia), Mons. Raymond Saint-Gelais (Nicolet, Canadá), Mons. Ricardo Blázquez (Valladolid, España), mons. Gerald Frederick Kicanas (Tucson, USA), iban en la misma línea.
El 2014 cerró en el Vaticano con el anuncio de la inminente aparición del esperado documento: el Directorio Homilético preparado por la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos. Se trata de un texto que ofrece respuesta a preguntas como dónde encontrar contenidos, cómo articular la homilía y tantas otras cuestiones vinculadas a la predicación.
El Directorio consta de dos partes: en la primera se contextualiza la homilía en el ámbito que le es propio, el litúrgico; en la segunda, de cariz más práctico, se aboca al arte de la predicación homilética, propiamente dicha. Hay también dos apéndices en los que se muestra la relación entre homilía y doctrina de la Iglesia y se señalan referencia al Catecismo de la Iglesia Católica. En el segundo apéndice se ofrecen referencias a textos magisteriales que han tocado directa o indirectamente el mismo argumento.
Ya en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium el Papa Francisco ofreció una preciosa síntesis sobre la predicación.
Fuente: religionenlibertad.com
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